Cuantas bacterias hay en el cuerpo humano

Cuantas bacterias hay en el cuerpo humano

Bacterias intestinales ks3

Un “hombre estándar” de 70 kilos de peso tiene aproximadamente el mismo número de bacterias y células humanas en su organismo, según informan unos investigadores en la edición electrónica del 6 de enero de bioRxiv.org. Este hombre medio estaría compuesto por unos 40 billones de bacterias y 30 billones de células humanas, calculan los investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias de Rehovot (Israel) y del Hospital para Niños Enfermos de Toronto. Es decir, una proporción de 1,3 bacterias por cada célula humana.

Esta estimación podría tener un error de hasta el 25%, ya que el número medio de bacterias oscila entre 30 y 50 billones. Según Ron Sender, Shai Fuchs y Ron Milo, el número de bacterias puede variar hasta un 52% de una persona a otra. Con un factor de error de entre 10 y 20 billones de bacterias, el número de microbios puede coincidir bastante bien con el número de células humanas en el cuerpo, que también varía en cierta medida. “De hecho, las cifras son lo bastante parecidas como para que cada defecación invierta la proporción a favor de las células humanas en detrimento de las bacterias”, escriben los investigadores.

Microorganismos en nuestro cuerpo

Los microbios habitan en casi todas las partes del cuerpo humano, viven en la piel, en el intestino y en la nariz. A veces causan enfermedades, pero la mayoría de las veces los microorganismos viven en armonía con sus huéspedes humanos, proporcionándoles funciones vitales esenciales para su supervivencia. Por primera vez, un consorcio de investigadores organizado por los Institutos Nacionales de la Salud ha cartografiado la composición microbiana normal de los seres humanos sanos, lo que ha dado lugar a numerosos datos e incluso algunas sorpresas.

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Los investigadores descubrieron, por ejemplo, que casi todo el mundo es portador habitual de patógenos, microorganismos conocidos por causar enfermedades. Sin embargo, en las personas sanas, los patógenos no causan enfermedades; simplemente coexisten con su huésped y con el resto del microbioma humano, el conjunto de todos los microorganismos que viven en el cuerpo humano. Los investigadores deben averiguar ahora por qué algunos patógenos se vuelven mortales y en qué condiciones, lo que probablemente revise los conceptos actuales de cómo los microorganismos causan enfermedades.

El cuerpo humano contiene billones de microorganismos, que superan en número a las células humanas en una proporción de 10 a 1. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño, los microorganismos sólo representan entre el 1 y el 3 por ciento de la masa corporal (en un adulto de 90 kilos, eso supone entre 2 y 6 kilos de bacterias), pero desempeñan un papel vital en la salud humana.

Las bacterias intestinales

El cuerpo humano está formado por un enorme número de células en las que millones de moléculas, en perfecto orden y armonía, mantienen la vida. Todo ello, formando una compleja red de comunicación que, bajo la dirección del sistema nervioso, le permite avisar, prepararse, hacer frente y, generalmente vencer, a todos aquellos agentes, externos (bacterias, contaminantes…) o internos (mutaciones, enfermedades…) que comprometen su vida.

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El cuerpo humano es una máquina extraordinariamente compleja, podemos decir que mezcla artesanía mecánica y desarrollo digital, todo ello basado en el ADN, un auténtico manual donde se recoge la formación de las principales moléculas que nos ayudarán a sobrevivir: las proteínas.

Nuestro cuerpo utiliza varios mecanismos de protección, como la vigilancia inmunológica, basada en células específicas de defensa como los leucocitos, principalmente linfocitos y células fagocíticas, así como moléculas defensivas igualmente especializadas; todas ellas formando parte del gran protector de la vida humana como es la inflamación.

El organismo también dispone de barreras naturales, a modo de paredes, como la piel, secreciones diversas, etc. En otros casos, el tejido conectivo es el encargado de ayudar en esta lucha desde la cicatrización. Para mantener activos todos estos recursos, es imprescindible el correcto funcionamiento de los órganos vitales (cerebro, corazón, pulmón, riñón, hígado, endocrino, etc.), además de contar con un aporte suficiente de agua, oxígeno y energía.

Volumen de una célula humana

Las infecciones bacterianas provocan respuestas inmunitarias que incluyen neutrófilos, cuyo reclutamiento se ve estimulado por la presencia de las bacterias, pero que mueren tras eliminarlas. Esta doble interacción entre bacterias y concentración de neutrófilos, más complicada que la simple relación depredador-presa que describe las interacciones macrófago-bacteria, crea un entorno en el que los neutrófilos sólo pueden eliminar infecciones suficientemente pequeñas. Este estudio describe esta relación mediante un sencillo sistema dinámico no lineal que presenta un comportamiento de biestabilidad conocido como bifurcación hacia atrás. Se supone que el crecimiento bacteriano está limitado por un nutriente clave. A diferencia de un estudio anterior que mantenía constantes los niveles de neutrófilos y nutrientes y requería términos de saturación para producir biestabilidad, nuestro modelo muestra que unos simples términos bilineales apoyan la biestabilidad cuando se permite que las densidades de nutrientes y neutrófilos varíen en respuesta a la densidad bacteriana. Un ejemplo de aplicación con Borrelia burgdorferi, que se alimenta de manganeso, ilustra por qué la rápida respuesta de los neutrófilos es clave para su capacidad de contener las infecciones bacterianas.

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